Como ya hemos comentado en posts anteriores, no todas las frutas, por muy sanas y saludables que sean, pueden ser ingeridas en grandes cantidades por las personas diabéticas. Cabe recordar que todas las frutas poseen fructosa, un tipo de azúcar que es el que le da ese toque dulce característico, y el cual, al igual que la glucosa o cualquier otro tipo de hidrato de carbono, provoca un aumento de la glucemia que puede desembocar en una hiperglucemia si no es controlado en el momento necesario.
De esta forma, es recomendable tomar frutas como: la mazana, ricas en fibra, vitamina C y antioxidantes, además de que ayuda a reducir las necesidades de insulina; las cerezas, que poseen una gran eficacia a la hora de reducir enfermedades cardíacas y cardiovasculares y a disminuir el nivel de azúcar en sangre; el pomelo, que incrementa de la sensibilidad que posee el cuerpo a la insulina...
Por el contrario, nos encontramos con otras frutas que, debido a su alto contenido glucemico, deben de comerse en raciones muy pequeñas para evitar que se produzca un aumento de azúcar en sangre. Entre estas nos encontramos el plátano, las uvas, el mango, la piña o las pasas.
Así mismo, aunque lo más recomendable es que este tipo de alimentos sean de origen natural, se puede permitir que sean enlatados, teniendo cuidado con el azúcar que posee el propio jugo de la fruta o el almíbar que se le añade para conservarlo.
Información extraída de las páginas web:
-https://blog.diabetes.ascensia.es/blog/index.php/puedo-comer-toda-clase-de-frutas-si-tengo-diabetes
Imágenes extraídas de Google.es:
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